Este tiempo de cuarentena por la pandemia ha trastocado la vida social, pública; pero ha transformado de forma profunda la experiencia íntima, poniendo en relevancia la necesidad de pensar lo común en relación con el cuidado de sí mism@ y de los otr@s.  Se han desplazado los valores individuales y sociales.  Por ello, seguir resistiendo ante siglos de despojo del valor del trabajo para la reproducción y sostenibilidad de la vida, es proponer la construcción de imaginarios que pongan en relieve las cualidades y su importancia de la incesante creación de cotidianidad,  de la constante recreación del día a día.